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Aunque los aventé con aventador
hasta las puertas de la tierra,
y dejé sin hijos a mi pueblo y lo desbaraté,
no se volvieron de sus caminos.
Sus viudas se multiplicaron
más que la arena del mar;
traje contra ellos un destructor a mediodía
sobre la madre y sobre los hijos;
hice que de repente cayeran terrores sobre la ciudad.
Languideció la que dio a luz siete;
se llenó de dolor su alma,
su sol se puso siendo aún de día;
fue avergonzada y llena de confusión.
Y lo que de ella quede,
lo entregaré a la espada delante de sus enemigos,
dice Jehová.»

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